Nos buscaron dos hermanos, socios de un rancho ganadero cerca de la ciudad. Tenían una necesidad muy específica: una pequeña casa-dormitorio para dos mujeres veterinarias que trabajaban hasta muy tarde y tenían que quedarse a dormir en la propiedad. El lugar debía servir también de descanso, para lo cual teníamos que instalarlo debajo de un árbol de mezquite sin romper sus ramas durante la maniobra. Este árbol tenía que servir con sombra suficiente para cubrir el techo del contenedor y crear una pequeña terraza donde comer al aire libre. Todo a unos escasos metros del establo, donde circulan camiones y tractores a pocos metros.
Debido a la distancia entre la propiedad y la ciudad, decidimos llevarlo con un 40% de avance y de esa forma evitar costos adicionales.
El contenedor fue terminado en el lugar, instalándose dos recámaras con dos baños completos, una cocineta, un comedor y un pequeño espacio de lavado. Cada cuarto tendría acceso independiente. Las condiciones de trabajo en un rancho son duras y teníamos que resolver un problema: las moscas. Son pocos los colores que soportan las manchas de miles de moscas que hay en un rancho. Decidimos un gris obscuro con una pequeña franja verde para no hacerlo tan frío. La casa tiene 4 años y hasta la fecha conserva su mismo aspecto.
El acierto del proyecto fue hacer algo muy practico, rápido y de bajo costo. La flexibilidad de la casa y lo agradable de su terraza, en medio de un lugar de trabajo, ha servido para que más empleados lo utilicen con el mismo objetivo.